«Las entidades del Tercer Sector Social de Euskadi vienen de hace 30, 40, 50 años. Son muy antiguas y se va estructurando cada respuesta a la realidad de algunas situaciones, de algunas personas, algunos colectivos.»

«Se genera un caldo de cultivo a principios de los 2000 en el que nos podemos plantear la unión de esas redes de primer nivel en una red de redes.»

«En esa unión en forma de red, lo que hacemos es potenciar lo que tenemos que decir, lo que tenemos que hacer y quiénes somos dentro de la sociedad.»

«Se establece una relación diferente con la administración pública, con mesas de diálogo civil y una evolución desde las subvenciones hacia convenios.»

«La elaboración de la Ley del Tercer Sector Social de Euskadi fue un proceso en el que todas sus entidades fueron muy activas, en relación y diálogo con el Parlamento Vasco y todos los grupos políticos».

«La Ley del Tercer Sector Social de Euskadi fue aprobada sin ningún voto en contra en el Parlamento, logrando un pacto unánime. Esta ley deja claro qué es el Tercer Sector Social de Euskadi, cuál es su papel y cómo debemos cuidarlo para que siga aportando a la sociedad».

«La relación del Tercer Sector Social con otros terceros sectores del Estado es un hito importante para construir un marco común, no solo en Euskadi, sino a nivel estatal e incluso europeo.»

«La participación en el CES (Consejo Económico y Social) ha abierto relaciones más directas y fluidas con el mundo sindical y empresarial, fortaleciendo la presencia del Tercer Sector en estos espacios».

«Con la irrupción de la pandemia en 2020, de una forma absolutamente inédita, empieza a consolidarse una estructura de sector donde las entidades de primer nivel se ven invitadas a trabajar con las de segundo nivel, y Sareen Sarea, como entidad de tercer nivel, se consolida como interlocutora fundamental con las instituciones.»

«La colaboración público-social ayudó a la generación de políticas excepcionales que podían dar respuesta a esas necesidades. Además, la consolidación de los diferentes niveles también redundó de forma muy positiva en la cohesión del sector y en su identidad».

«Tras la crisis sanitaria, llegó una crisis económica que, como siempre sucede, afectó más a las personas en situación de mayor vulnerabilidad. Sareen Sarea trabajó de forma muy intensiva con las entidades de segundo nivel y con las redes en la generación de políticas públicas inclusivas».

«La crisis económica afectó a la sostenibilidad de las entidades, pero también impulsó el diálogo civil y un modelo de gobernanza colaborativa con las entidades del Tercer Sector Social».

«Uno de los retos a medio y largo plazo es el cambio generacional en dos direcciones: a nivel de género y de edad».

«Otro reto fundamental es el impulso de un modelo de gobernanza donde el diálogo civil implique a las administraciones de forma transversal, de arriba abajo y de lado a lado»

«El reconocimiento del Tercer Sector como un agente fundamental en la democracia participativa debe ser una apuesta clara, tanto del propio sector como de las administraciones».

«Otro reto clave es la sostenibilidad del sector, que debe abordarse en dos direcciones: garantizar un sistema inclusivo que cubra todas las necesidades y asegurar la sostenibilidad del propio sector».

«El Tercer Sector Social aporta un valor añadido fundamental en la colaboración público-social, pero es imprescindible que exista una financiación sostenida que garantice condiciones dignas para este trabajo. Invertir en el Tercer Sector Social es trabajar en la sostenibilidad de la sociedad, sin ninguna duda».